Obtener una ventaja competitiva a partir de la información empresarial


En una búsqueda constante de eficiencia y mejora competitiva, las empresas tienen que lograr que la información que poseen les genere mayor valor. En todas las compañías hay repositorios de datos que tienen información clave para mejorar procesos empresariales obsoletos o ineficientes, quizás esta información está en un Excel, abandonado en una carpeta, aportando escaso valor a la organización.

La información puede generar procesos eficientes que ayuden a generar ventajas competitivas. Una buena gestión de la información empresarial también significa usar la que ya tenemos disponible. Dispersos en toda la compañía hay datos que tienen información clave para resolver cuestiones empresariales críticas. Sin ninguna conexión que los relacione, es posible que estos datos aporten muy poco valor, pero, combinados, pueden contribuir una visión importante y una ventaja competitiva.

Las empresas hoy en día han de ser eficaces y para ello, deben utilizar la información para competir. Sin la información correcta, los directivos pierden tiempo debatiendo la validez de la información en lugar de actuar sobre ella. Gestionar la información efectivamente les aporta a la dirección los elementos que necesitan, cerrando el gap entre la estrategia y su ejecución.

Uno de los desafíos más grandes en el ámbito de la gestión de la información empresarial es toda la información que nunca llega a los sistemas empresariales. Es relativamente sencillo gestionar y almacenar datos estructurados porcedentes de sistemas financieros, ERP etc. pero los datos no estructurados (conversaciones con clientes, email, contratos, multimedia) presentan un desafío mayor. Es importante poder acceder a esta información cuando se necesita.

Para convertir a los datos no estructurados en datos de utilidad, se los debe relacionar con los procesos empresariales (BPM) es decir para poder aprovechar la información no estructurada es preciso poder acceder a ella en los procesos y contextos en que es relevante. Si tratamos con un proveedor, ¿por qué no tener acceso a un contrato que especifique los términos y condiciones? Si está haciendo el seguimiento de artículos devueltos o defectuosos, ¿por qué no incluir una foto que muestre el articulo defectuoso.

Todo esto implica la necesidad de desarrollar una estrategia de gestión de la información empresarial que simplifique el entorno de los sistemas de gestión de información, y reduzca el número de herramientas TI y sistemas de información en uso.

Concebir la información como un activo estratégico es simple; tratar a la información como un activo estratégico es algo completamente diferente, más difícil. Las empresas no sólo necesitan un conjunto formal de procesos para obtener el mayor valor posible de sus activos de información sino que también una forma de control efectiva para establecer las prioridades de la empresa, implementar los estándares y asegurar la coherencia entre las iniciativas de gestión de la información y los objetivos empresariales.

No es suficiente tener un plan tecnológico para organizar y gestionar los activos de información; también es preciso contar con elementos y procesos de control que ayuden a resolver los problemas que surgen de intentar gestionar la información de manera integrada y en toda la empresa. Nadie dijo que fuese fácil, quizás por eso muchos ni lo intentan.

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